El euro digital está cada vez más cerca de convertirse en una realidad en la Unión Europea. Impulsado por el Banco Central Europeo (BCE), este nuevo instrumento de pago busca ofrecer una alternativa pública y segura al dinero electrónico actual. Pero su llegada plantea una pregunta clave: ¿qué pasará con nuestros datos personales?

En CEMEBAL, especialistas en protección de datos, analizamos las implicaciones del euro digital desde la óptica del RGPD, la privacidad financiera y el papel de las empresas y entidades que participen en su gestión.

¿Qué es el euro digital?

El euro digital es una forma de dinero electrónico emitido por el BCE, diseñado para ser utilizado por ciudadanos, empresas y organismos públicos como medio de pago digital seguro, complementario al efectivo. No se trata de una criptomoneda como Bitcoin, sino de una moneda digital respaldada por el Estado.

Estará disponible para pagos cotidianos, transferencias o compras, tanto en línea como en tiendas físicas, y su objetivo es garantizar que el público tenga acceso a una moneda digital europea confiable incluso en un entorno financiero cada vez más digitalizado.

¿Qué datos personales estarán en juego?

La implementación del euro digital implicará la recogida y tratamiento de datos como:

  • Identidad del usuario (nombre, DNI, IBAN, etc.)
  • Datos de transacciones (importe, lugar, fecha y hora)
  • Hábitos de consumo
  • Ubicación y frecuencia de uso

Esto supone un alto volumen de datos sensibles, especialmente si se cruzan con otros sistemas financieros, lo que plantea dudas sobre el derecho a la privacidad, la minimización de datos y el control por parte del usuario.

El marco normativo: RGPD y euro digital

Como cualquier tratamiento de datos personales dentro de la UE, la implementación del euro digital deberá cumplir con el Reglamento General de Protección de Datos (RGPD) y la normativa nacional correspondiente.

El BCE ha declarado su intención de incorporar el “principio de privacidad desde el diseño”, pero aún se deben resolver cuestiones clave como:

  • ¿Quién será el responsable del tratamiento de los datos: el BCE, los bancos, o ambos?
  • ¿Se almacenarán los datos de forma centralizada o descentralizada?
  • ¿Se garantizará el anonimato en pequeños pagos, como ocurre con el efectivo?

La respuesta a estas preguntas determinará el nivel de confianza de los ciudadanos en este nuevo sistema de pagos.

¿Será el euro digital anónimo?

Una de las principales preocupaciones de ciudadanos y expertos es si el euro digital respetará la privacidad del consumidor. En los modelos propuestos hasta ahora, se baraja una “privacidad condicionada”:

  • Para pagos de bajo valor (micropagos), se podría ofrecer cierto anonimato
  • Para pagos mayores, se aplicarían controles de prevención de blanqueo de capitales (AML) y financiación del terrorismo

Esto significa que el anonimato total, como ocurre con el efectivo, no estaría garantizado, aunque se contemplan mecanismos de seudonimización o almacenamiento local para reforzar la privacidad técnica.

¿Cómo afectará a empresas y entidades financieras?

Las entidades financieras, fintech y comercios que integren el euro digital en sus servicios deberán adaptarse al nuevo modelo de pagos y a sus exigencias legales:

  • Revisión y adaptación de sus políticas de privacidad
  • Garantizar el cumplimiento del RGPD en la gestión de datos financieros
  • Formación del personal en el uso del nuevo sistema
  • Evaluación de impacto de protección de datos (EIPD), si procede
  • Coordinación con el Delegado de Protección de Datos (DPD)

Además, el uso de tecnologías como blockchain, wallets digitales y cifrado implicará nuevos retos en materia de seguridad y trazabilidad.

¿Cómo afectará el euro digital a empresas y entidades financieras?

¿Cómo afectará el euro digital a empresas y entidades financieras?

El papel del Delegado de Protección de Datos (DPD)

El DPD será una figura estratégica en la transición hacia el euro digital. Su función será:

  • Evaluar los riesgos asociados al tratamiento de datos financieros
  • Supervisar las medidas técnicas y organizativas implantadas
  • Coordinarse con proveedores tecnológicos y entidades bancarias
  • Gestionar las relaciones con la AEPD en caso de brechas de seguridad

Contar con un DPD externo, como el que ofrece CEMEBAL, es especialmente útil para pymes, asociaciones o administraciones que no disponen de un departamento jurídico propio.

Retos y oportunidades del euro digital

El euro digital puede representar una revolución en el sistema de pagos, pero su éxito dependerá en gran medida de cómo se aborden las cuestiones de privacidad, transparencia y control ciudadano.

Retos principales:

  • Evitar la vigilancia financiera masiva
  • Minimizar los datos recolectados y protegerlos eficazmente
  • Definir con claridad las responsabilidades de cada actor

Oportunidades:

  • Reducir la dependencia de grandes plataformas de pago privadas
  • Promover un sistema de pagos más accesible e inclusivo
  • Fomentar la soberanía digital europea

CEMEBAL: Asesoramiento experto en protección de datos y tecnología financiera

En CEMEBAL ayudamos a empresas, entidades públicas y profesionales a adaptarse a los nuevos desafíos legales que trae la digitalización financiera.

Si tu empresa participará en el desarrollo, uso o integración del euro digital, podemos asesorarte en:

  • Cumplimiento normativo y análisis de riesgos
  • Designación de un Delegado de Protección de Datos externo
  • Auditorías y formación personalizada

En Cemebal somos expertos en la protección de datos personales en el ámbito laboral.

Contacta ahora y solicita una cita previa, atenderemos tu caso de forma personalizada.



En CEMEBAL SOLUTIONS somos expertos en dar soluciones globales y personalizadas para la implantación de la LOPDGDD,  en todo tipo de empresas de  las Islas Baleares.

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